Las dulces notas atravesaban la pared y se escuchaban por toda la sala. Eran la inspiración de una escritora, que sentada frente al papel, escribía una historia de amor que jamás vería la luz. Las palabras salían de su corazón con desorden y se convertían en bellas frases al tocar la hoja. Se dejaba llevar por la música que componía su amado, aquel chico que veía cada día y con el que apenas había intercambiado unas palabras. ¿Para quien seria aquella música? No lo sabía pero en la historia que escribía aquella composición estaba dedicada a ella, él le expresaba su amor con sus canciones y ella su amor con cartas y poesias. La joven vivia con el sueño de que aquel relato se convirtiera en realidad.
Las dulces notas salían del corazón del músico y se convertían en melodía cuando sus dedos tocaban las teclas. Había compuesto aquellas canciones para la joven que veía cada mañana y con la que apenas habia intercambiado unas palabras. Sabía que era escritora y había comprado un libro de poemas escrito por ella. Se imaginaba que aquellas palabras eran para él y tenia la esperanza de que ella escuchara a través de la pared la música que él le dedicaba cada día, era su forma de decirle que la amaba.
¡¡WOW!! Me encanta el texto =)
ResponderEliminarun abrazo!
Hola! He visto tu Blog y es sencillamente genial
ResponderEliminarTe sigo, ¿devuelves?
Besitos!
Muy bonita historia de amor, ¡se me han puesto los pelos de punta!
ResponderEliminarMe lo he imaginado como una película, omg *u*