miércoles, 7 de diciembre de 2011

Un rosa, es una rosa

Ella le había entregado todo cuanto tenía, lo había dejado todo por él. Tenía una sonrisa en la cara y un corazón lleno de tiritas. Sólo ella sabía las noches que había llorado en su habitación arropada por la penumbra de la noche y sin más protección que una suave sábana. A medianoche todas las heridas y rasguños del amor se abrían paso a través de su pecho convirtiendose en lágrimas de cristal. ¿Quién dijo que aquello fuera fácil? En realidad nadie se lo dijo. Pero en cierto modo sabía que cuanto más te unes a alguien más te afectan sus halagos y sus críticas. La verdad es que los amores de película, son exactamente eso, de película. Pero en la realidad debes luchar día a día por lo que quieres con toda tu fuerza y coraje. 
Amar es dar lo que se tiene y ,ante todo, lo que no se tiene.