
El bien y el mal no siempre son tan diferentes como se dice. La línea que los separa es tan fina, que casi la puedes traspasar con extender la mano. Por ejemplo: las mentiras ¿buenas o malas? En un primer momento podriamos asegurar que mentir está mal, pero... ¿Y las mentiras piadosas? ¿Cual es la justificación para decirlas? Que son para no hacer daño, en resumen, no son tan malas. Otro ejemplo: los ángeles ¿son buenos no? al menos eso se dice, pero... ¿y el demonio?... también era un ángel, y sin embargo es la representación absoluta del mal. No le demos más vueltas, el bien y el mal son como hermanos, como mejores amigos, como dos amantes que se encuentran a escondidas... sin uno no puede existir el otro. Así que no digamos que somos buenas o malas personas, porque en el fondo ni siquiera nosotros lo sabemos.
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